Encuentro en Astorga Sabemos que lo primero y principal, la meta y el fin de todo seguidor/a de Cristo es el amor. Algo que nosotras, Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo e hijas de M. Teresa Rodón Asencio, queremos conseguir con todos los elementos que constituyen nuestra vida franciscana, también, por tanto, con la …
Encuentro en Astorga
Sabemos que lo primero y principal, la meta y el fin de todo seguidor/a de Cristo es el amor. Algo que nosotras, Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo e hijas de M. Teresa Rodón Asencio, queremos conseguir con todos los elementos que constituyen nuestra vida franciscana, también, por tanto, con la vida fraterna comunitaria. En nuestras Constituciones Generales, se nos recuerda: “La Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo, somos una verdadera familia de hermanas, unidas por el amor mutuo, la vocación religiosa y la profesión de una misma regla y vida; y nuestra vida en fraternidad será el mejor servicio que podamos prestar al mundo de hoy” (CC.GG. cap. III)
Los días 27 y 28 de noviembre, en la Residencia San Francisco de Asís, y según lo previsto por la Curia General, se ha realizado el encuentro de Formación para las hermanas de las Comunidades de: Oviedo, Pamplona, Arévalo, Astorga y Aravaca.

La Superiora General, M. Mª Ángeles Rodríguez Martínez, daba la bienvenida a las hermanas la noche del 26, dando las indicaciones sobre el horario y tema a tratar. Por la mañana del día 27, se daba inicio a la primera charla, dirigida por Fray José Antonio Urdanpilleta OFM, fraile franciscano que pertenece a la Comunidad de Arantxaxu, con el tema sobre la Fraternidad.
El amor -la unión, la comunión- que debe reinar entre nosotras, las franciscanas del Buen Consejo, debe llevarnos al servicio continuo a los hermanos, hacernos sus servidores, imitando así a Cristo. No sólo amor…sino amor comunitario.
‘Es de bien nacidos ser agradecidos’
Con esta frase iniciamos nuestra reflexión personal de la mañana, y luego de un compartir con nuestras hermanas en grupos, aportando nuestro grano de arena para crear lazos de hermandad. Es una experiencia común y real que la vida fraterna también conlleva dificultades serias y sufrimientos grandes. Un primer paso, decisivo y esencial, para hacer de ellos nuestro camino de ‘vida’ y de ‘crecimiento, madurez’ es reconocerlos y decírnoslos.

Se nos planteaba interrogantes como: ¿Tenéis mediaciones para tomar vuestros problemas o dificultades de relación fraterna y aplicarles las soluciones adecuadas? Por ejemplo: ¿los lleváis expresamente a vuestra oración comunitaria y personal? ¿habláis de ellos con caridad y franqueza en vuestros encuentros comunitarios, escuchándoos de corazón y buscando posibles soluciones?
Después de la reflexión personal, las hermanas se reunieron en grupos donde se compartió sus conclusiones de dicha reflexión. Donde salieron palabras claves para nuestra convivencia, como: acogida, disponibilidad, solidaridad, generosidad, diálogo, escucha, que nos ayuda en nuestra convivencia fraterna,…


El día 28, nuestra Madre General, nos brindó una reflexión desde nuestros documentos propios (Constituciones), la Carta a todos los Fieles de nuestro Padre san Francisco, así como también la exhortación gaudete et exsultate del Papa Francisco, para resaltar nuestra vivencia espiritual desde el Carisma propio. Pero a la vez sin dejar de lado lo que es más importante sobre nuestra vocación religiosa. Agradecemos la disponibilidad de las hermanas, que hicieron posible su participación y compartir durante estos días. Sus aportes son importantes para nuestra vida como Franciscanas de Nuestra Señora del Buen Consejo. Nos quedan todavía dos encuentros más, en Madrid y en Tenerife.








